lunes, 30 de julio de 2012

Celos patológicos en la relación de pareja

Celos patológicos en la relación de pareja (II Parte)
Por: Mario Machado - Psicólogo-

En toda relación de pareja es común el surgimiento de los celos. Los celos en realidad son una manifestación natural ante
la posibilidad de que el ser amado fije su atención en otra persona. Por otra parte, el miedo al abandono del ser amado
late en el fondo de la mayoría de las personas; para muchos estudiosos de la conducta humana, esto no es más que el
resabio del miedo primario que experimenta el niño o niña ante la separación de la madre. El problema nace cuando los
celos pasan a ser enfermizos y por lo tanto dañinos para la relación. Los celos exagerados peden generar una relación
cargada de violencia, incluso, desde el mismo noviazgo. El presente artículo es fruto de la investigación y el tratamiento
por parte del autor, de personas con manifestaciones de celos patológicos y violencia hacia la pareja.
Características de los delirios de celos
La investigación y el trabajo realizado por el autor y otras colegas a través de grupos terapéuticos y terapia individual de
un grupo de varones celópatas en el año 2006, demostró que los celos patológicos pueden ser la causa principal de la
violencia sexual, patrimonial, psicológica y física, e, incluso, pueden motivar el asesinato de la pareja. Paralelamente, en
la terapia con mujeres con esta problemática, hemos hallado manifestaciones de conductas autodestructivas y una
fuerte tendencia a la depresión profunda.
Pero tanto en hombres como mujeres, se han hallado características psicológicas comunes como la inseguridad,
pensamientos obsesivos sobre la posible traición o abandono por parte de la pareja, y en los casos más fuertes los
“delirios de celos”.
El delirio de celos consiste en una obsesividad mental, donde la persona no puede evitar la ideación descontrolada
acerca de la traición y posible abandono por parte de su pareja. La persona que padece de delirios de celos, crea en su
mente una trama imaginaria acerca de la traición de su pareja, de tal forma, que por más que ésta trate de convencerle
de su fidelidad, la persona no puede aceptarlo, quedando atrapados en el tormento de su propia imaginación. En el caso
de los varones, hemos podido notar que la amenaza al abandono suele traducirse en agresión a la misma persona que
se supone que ama, es decir, la ira tiende a proyectarse fuera de sí. En casos extremos, podemos encontrar hombres
que el descontrol de la furia es tal, que ha llegado a matar a la pareja e hijos y a cometer suicidio.
Los celos son sinónimo de sensación de angustia, ante la percepción de rechazo y/o abandono real o imaginario. Si se
prolonga en el tiempo la sensación se vuelve crónica inscribiéndose en el inconsciente como característica fantaseada de
las relaciones con las personas más significativas de la infancia. Esta sensación se reactualiza como un “eco histórico”
emocional entre percepciones fundamentadas o no, en las relaciones presentes con la pareja en la que se depositan las
fantasías y los deseos infantiles (Kernberg, 1998: 214-215). Esto puede llevar al varón a desarrollar delirio celopático en
donde la frustración contribuya a manifestaciones violentas. (Machado y otros, 2007, P. 38)
En cambio las mujeres celosas en el caso de la amenaza o abandono por parte de la persona amada, tienden a la
depresión severa y en casos más fuertes a la auto-agresión e, incluso, al suicidio, pero difícilmente al homicidio. En el
caso de la mujer, la ira tiende a “introyectarse”, es decir, que se dirige hacia adentro, hacia sí misma.
La persona puede llegar a estar atormentada por los celos de tal manera, que su vida puede ser afectada seriamente en
sus relaciones, no solo con su pareja, sino con todos con quienes está en contacto. He tenido pacientes que se han
visto afectados en su trabajo por la obsesión celopática. Rebeca es una joven que sufre de celopatía, llegó a mi
consultorio con su novio en un último intento de salvar la relación, me decía: “Hay momentos en que no puedo dejar de
pensar en él, dónde estaría o con quién… había momentos que no podía concentrarme en el trabajo… pero si estoy con él
solo discuto hasta llegar a obstinarle…el solo pensar que me deje me desespera”.
La naturaleza psicopatológica de estos celos desde el punto de vista afectivo, procede del temor de perder algo que les
pertenece o de ser rechazado o abandonado por el ser amado lo cual es resultado algunas experiencias en la infancia.
Es por esto que el delirio de celos escapa a la lógica, y hace que la persona que los sufre quede atrapada en la angustia
de la posible infidelidad, lo que les lleva a tener conductas obsesivas de vigilancia y control para encontrar a la pareja en
alguna falta. José y su esposa son líderes religiosos de una iglesia próspera, ellos temen que los problemas de celos
obsesivos de José no solo destruyan la relación, sino el buen trabajo comunitario que han estado realizando por años
junto a su congregación. Llegaron al consultorio por problema de agresión física y psicológica a su esposa debido a los
Un vaso más fragil
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celos. Los delirios de celos de José hacen que asegure que ella le está siendo infiel, esto produce una escalada de
discusiones y agresión psicológica que suele terminar en agresión física por parte de José. Se han separado un par de
veces y la esposa dice que si no cambia lo dejará definitivamente. Pero los celos de José no solo han dañado la
relación de pareja, sino que los dos hijos que tienen están muy afectados y necesitaron terapia para enfrentar sus
problemas emocionales.
Un detalle importante a tener presente son los episodios de celos que la persona celópata experimenta y que están
relacionados con la escalada de celos y los delirios de celos. Estos episodios se dan cíclicamente y están relacionados
directamente con la violencia que el o la celópata experimentan. Por lo general, luego de las escenas de celos o de
agresión, las personas celópatas entran en una etapa de arrepentimiento en la cual prometen no volver a repetirla, incluso,
lloran pidiendo perdón arrepentidos por el daño causado. Sin embargo, la situación se vuelve a repetir una y otra vez con
más control y violencia. Esto hace que la pareja quede atrapada en el ciclo de la violencia o de la obsesividad de los
celos de la otra persona. El problema de José al igual que muchas otras personas afectadas por la celopatía, es no
poder escapar de este ciclo de pensamientos y comportamientos obsesivos-agresivos, que prácticamente no pueden
controlar.
Otro paciente dijo que mientras trabajaba llamaba a su esposa a cada momento bajo cualquier excusa, si ella no le
contestaba, entraba literalmente en pánico. Los delirios de celos le llevaban a imaginarse que la esposa lo estaba
engañando, y ya no podía concentrarse en el trabajo. Cuando llegaba a la casa hacía un verdadero escándalo incluso
frente a los niños. Posteriormente, dijo que experimentaba una verdadera vergüenza y no sabía cómo disculparse por su
reacción. Esto lo tenía atrapado en un verdadero círculo vicioso.
La celopatía, por lo tanto, es una de las formas en que se expresa la violencia en la pareja y que debe ser tomada en
cuenta como una de las principales causas de agresión mutua, simplemente, porque la celopatía violenta los límites y los
derechos de la otra persona. No solo porque este problema puede llevar al maltrato físico e incluso del asesinato de la
pareja por celos, sino que existe una agresión psicológica por el acoso constante que la persona celópata ejerce sobre su
pareja. Por otro lado, se ha encontrado que muchas mujeres con problemas de celos obsesivos tienen serios problemas
emocionales que terminan afectando incluso su salud física. En cuanto a los varones, entre otras características que se
han encontrado, se evidencia la obsesión sexual hacia su pareja. Ellos viven la sexualidad no como un medio de comunión
y disfrute mutuo, sino de expresión simbólica de posesión y dominio.
Celos: ¿Amor o posesión?
Los celos han sido naturalizados por el patriarcado como una muestra de amor, estrategia de control eficiente para
“mantener a las mujeres en su lugar”, reforzando tanto en hombres como en mujeres, los mandatos de la identidad de
género hegemónica propia de cada uno, invisibilizando también las consecuencias de dolor, desamor, sufrimiento y
muerte que éstos pueden llegar a manifestar. (Machado y otros, 2007, P. 38)
Pero, ¿qué expresan en realidad los celos patológicos? No podemos dudar que muchas personas que sufren de celos
patológicos amen a sus parejas. Pero lo cierto, es que es un amor mal entendido, de tal forma que la pareja pasa a ser
posesión de la otra persona. Incluso desde el noviazgo se puede ver cómo se pueden establecer en la pareja las
manifestaciones de control y violencia por causa de los celos.
Entre las señales que se encuentran en una persona celopática está la excesiva vigilancia y la obsesión por controlar
la vida de su pareja. Al principio, que una persona controle mucho a su pareja puede parecer muy romántico, pero con
el tiempo se transforma en una verdadera prisión emocional. Una paciente manifestó en la terapia cómo su novio la
controlaba al punto de sofocarla. Llegó a comprarle una línea celular ,lo que al principio le pareció un acto muy romántico,
sin embargo, era una de las maneras que él tenía para controlarla en todo momento. En una oportunidad en que ella
estaba en la universidad apagó el celular, en esos momentos, el novio la estaba llamando y, al no tener respuesta, él tomó
su motocicleta y desde su trabajo llegó a buscarla a la universidad donde le hizo una escena de celos frente a sus
compañeros.
En muchos casos, la escalada de violencia se manifestará desde el noviazgo, lo que es sumamente peligroso cuando
la persona objeto de los celos queda atrapada en una confusión emocional, porque por un lado, cree que su pareja le
ama, pero por otro lado, puede llegar a ser seriamente agredida por los celos de su novio o novia.
Un vaso más fragil
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Pero los celos obsesivos no se limitan a la relación de pareja, muchos de los pacientes varones tratados por este
problema presentan, además, un excesivo control sobre sus hijas mujeres, al grado que se genera una relación cargada
de violencia y abuso hacia las mismas. Una madre fue a consulta porque necesitaba saber qué medidas tomar ante el
comportamiento celoso de su esposo para con su propia hija de 16 años. Ella contó que el padre sorprendió a la hija de la
mano de un compañero a la salida del colegio y le hizo un escándalo frente a todos, tratándola con palabras soeces,
ya que él le había prohibido tener novio; lo interesante del caso es que no le permitió a la esposa mandarla nuevamente
al colegio lo que colmó la paciencia de ésta por lo que decidió buscar ayuda.
Resumiendo, podemos decir que la celopatía es una condición que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, sin
distingo de edad, condición social o coeficiente intelectual. Requiere tratamiento terapéutico para que la persona pueda
superar la problemática, ya sea en terapia grupal o individual. La persona atrapada en una relación de celos obsesivos
también debe buscar ayuda, para no permanecer en el ciclo de la violencia que la celopatía genera.

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