viernes, 12 de octubre de 2012

Algunas reflexiones...

Esto es solo un pensamiento en voz alta y a la vez un llamado a la solidaridad y la cordura.
Como profesional, que particularmente me he dedicado a profundizar y trabajar las cuestiones de violencia familiar, en su complejidad y singularidad del caso por caso, en los modos de vincularse , etc; he notado ùltimamente y con notoria indignaciòn los, si me permiten " mamarrachos procesales" y la falta de comprensiòn y resguardo de los menores involucrados en estos procesos. Tanto se habla y se anuncia la necesidad de frenar la violencia hacia la mujer, que sin duda es fundamental, pero nada se dice de los niños que son revictimizados y sometidos a procesos sin el resguardo apropiado y que la Convenciòn obliga. Hay muchos profesionales muy capacitados en el tema que nos vemos impedidos de actuar por las mismas falencias del sistema y la falta de independencia de las autoridades de aplicaciòn, y que tienen en sus manos la delicada e indelegable tarea de ser cuidadosos, llegar al fonde de cada situaciòn para una intervenciòn adecuada siempre priorizando a los niños como corresponde. Pero claro, a veces los expedientes se engrosan, son muy largos, los profesionales se agotan, cambian y no hay articulaciòn entre unos y otros. En este estado de cosas, siento y pude ver que estamos actualmente. Por supuesto, siempre perfectibe, solo con un poco de compromiso de cada uno , ètica en nuestra labor para un actuar lo màs justo posible, aunque lo justo no sea lo esperado.

Lic. Mariana Merini

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